miércoles, 21 de febrero de 2018

Entrevistas: Diego Demare, médico Psiquiatra y artista marcial.

El Dr. Diego Demare, además  de profesor de aikido, es médico Psiquiatra. Diego es un hombre vivaz, alegre y su espíritu parece estar siempre encendido.
He tenido el privilegio de verlo en su rol de profesor y su entrega es total. No me cabe duda de que es un gran  Sensei y que inevitablemente su profesión de médico psiquiatra tiene mucho que ver con su didáctica a la hora de enseñar.
Hemos sido compañeros en la práctica, en las que tuve la oportunidad  compartir conocimientos, técnicas y de conversar acerca de la vida.
Para que los lectores de La Lupa lo conozcan, decidimos entrevistarlo.
¿Cuál es el nexo o común denominador que encontras en tus dos profesiones?
El Aikido es para mí una forma de entender la vida, de habitar el lugar para el que me siento convocado en ella, y de darle un sentido enriquecedor al vínculo con las demás personas. La práctica del Aikido y mi ejercicio como profesional médico especializado en Psiquiatría y Salud Mental coinciden de manera total y profunda en su fundamento y objetivo, el de un intento por alcanzar la paz interior a través de un camino integrador de armonía y desarrollo integrales.
¿Recomendás practicar aikido a tus pacientes?
Lo deseable es que cada uno al escucharse, pueda desarrollar aquella actividad que más lo represente, es decir a través de la cual pueda organizar su vida interior de manera creativa y placentera, y expresarse como individuo único e irrepetible.
"Las técnicas son modos de hacer propios en relación con el arte marcial que es el Aikido" André Protin.
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¿Pensás que tus colegas médicos que no conocen tan internamente el aikido pueden llegar a incluirlo como complemento de los tratamientos?
Cada vez con más interés y seriedad los médicos y otros profesionales de la salud se informan y asesoran a sus pacientes para desarrollar actividades que promuevan el bienestar psicofísico a través de la integración del cuerpo, la mente y el espíritu; reconocen en estas actividades la posibilidad de aumentar los beneficios obtenidos a través de las terapéuticas tradicionales.
Practicando aikido, además de utilizar el cuerpo, debemos estar muy compenetrados a la explicación del profesor. ¿Crees que los pacientes con dificultades de atención pueden integrarse a la práctica?
El Aikido ayuda a desarrollar las habilidades cognitivas y de coordinación a través de la dinámica interactiva de su práctica. En este sentido es de utilidad para la mejoría sintomática de pacientes con dificultades en estas áreas.
En el pasado practicaste otras artes marciales, inclusive en la actualidad lo haces. Más allá de completar conocimientos útiles para la defensa personal, ¿Qué te deja practicar aikido y qué diferencia hay con las otras disciplinas?
Yo inicié mi recorrido en las artes marciales practicando Judo; después de un tiempo, conocí el Karate, con el que me sentí más identificado en ese momento; luego de muchos años de práctica me gradué. Ese momento coincidió más o menos con el hecho de recibirme como médico. Al poco tiempo contraje matrimonio y la práctica del Karate se hizo incompatible con ese momento de mi vida. La violencia de las competencias deportivas a las que el Karate estaba orientado no tenían que ver con lo que yo buscaba a través de la práctica de una disciplina marcial. Es por este tiempo que tomo contacto con el Aikido, que practico desde el año 1993.
¿Te gustaría escribir un libro sobre el tema?. 
Me gustaría escribir un libro respecto de lo que significa para mí la práctica del Aikido y su aplicación en la vida cotidiana, así como en mi vida profesional.
Los que practicamos Aikido sabemos que Ai es Unión, Ki: energía, Do: camino. ¿Cuál es tu definición de Aikido?
Su valiente modalidad de integrarnos en el centro del conflicto para intentar disiparlo, su firme concepto de la no violencia, su fluida modalidad de intervención a través de la no resistencia, y la neutralización de la agresión injusta por la conducción amable y armoniosa hacia la extinción total de la misma representaron mi sentir respecto del camino de salud vital que yo quería recorrer.
Quien se acerca al Aikido con la genuina intención de darle, a través de su práctica, una forma real a su sentimiento de armonía y bienestar, encuentra más que representado su deseo, con beneficios palpables en su salud y en su vida personal y de relación.
Gracias Diego por tu aporte a La Lupa Cultural!!!
ALFREDO LEGNAZZI
Periodista - Escritor

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